Viaje sonoro a la India. Cap. 1. ADVAITA
En la tradición hindú, el término "Advaita" representa el concepto de la no-dualidad. Nada más indicado, si nos asomamos a la escena música contemporánea de un país tan rico en matices y sonidos como la India, para afrontar -o resolver- el eterno conflicto entre dos modos musicales tradicionalmente desentendidos.
Mucho ha llovido desde aquella primera conexión del maestro Ravi Shankar con los Beatles, especialmente con Lennon y Harrison, o los devaneos de John McLaughlin con pandit Hariprasad Charausia que dio como resultado el proyecto Shakti.
En términos de música popular, la escena india es hoy un hervidero de ideas y propuestas en manos de jóvenes músicos sin complejos, una ambicioso panorama entretejido por géneros y estilos que se funden en gozosa armonía que, si bien se viene desarrollando con cierto retraso respecto al devenir de occidente, ese mismo efecto lo convierte en una de sus mejores bazas. El indie, el blues, el classic rock, el progresivo, la psicodelia, la electrónica, el pop y por supuesto la fusión de todos esos elementos con la tradición, convierten al país asiático en un crisol de esencias musicales que ningún amante de la buena música debería dejar escapar.
Sobre estos mimbres, nos disponemos a iniciar un viaje sonoro a la India. Será un viaje sin mapas, por supuesto, ni plan preconcebido. Solo buenas dosis de curiosidad y un oído atento, inquieto y enamorado de la sorpresa.
Cap. 1. ADVAITA.
Nuestra primera parada será Nueva Delhi. Allí aún podemos rastrear la interesante trayectoria de una agrupación de jóvenes músicos que lleva por bandera la no-dualidad que mencionábamos al principio: Advaita.
Con solo dos discos, Grounded in Space (2009) y The silent sea (2012), consiguieron llamar la atención de un público heterogéneo dentro y fuera de su país. En su paleta musical se funden con gusto exquisito estilos como el trip hop, el rock progresivo y el pop mainstream con elementos propios de la tradición india. El gran acierto de contar con dos cantantes, uno en hindi y otro en inglés, que se compenetran y refuerzan mutuamente, actúa sobre un colchón de matices que van de lo jazzístico a lo progresivo, tejiendo un discurso sonoro siempre al servicio de las letras, que abordan asuntos como la necesidad de una existencia pacífica, conectada con el espíritu, o denuncian el aislamiento y la enajenación del alma humana contemporánea.
El resultado es un sonido perfectamente definido, sin estridencias, agradable al oído profano, y al mismo tiempo rico en matices étnicos. Estos están perfectamente integrados en la respiración orgánica de cada canción, que en algunos casos se alarga hasta los 9 minutos y funde desarrollo instrumental con partes cantadas a una y dos voces. Es, en este sentido, un enfoque claramente progresivo, que reconoce las fuentes occidentales (Peter Gabriel, Pink Floyd, Camel, Caravan...) pero al mismo tiempo trata de ir más allá.
Lamentablemente, la situación actual de Advaita es una incógnita. La web oficial está inactiva y desde 2018 no tenemos noticias de esta excelente banda. Sabemos que tras lanzar The silent sea (que obtuvo el Global Indian Music Awards al mejor álbum de rock en 2012) la banda grabó un unppluged para la MTV India y a partir de ahí su actividad decayó. Si bien nunca se firmó el certificado de disolución definitiva, y la banda ha seguido tocando ocasionalmente, me temo que los años transcurridos no invitan a albergar esperanzas. O quien sabe, quizá algún día volvamos a tener noticias de ellos. Sería una enorme alegría. Un regalo del destino.
Advaita, un tesoro de profundas esencias musicales.
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